Perdón de Dios
Habrán momentos en nuestras vidas, en los cuales nos sentiremos indignos de estar en la presencia de nuestro Dios, de elevar incluso una pequeña oración y únicamente querremos estar solos porque nos sentimos sucios; todo ello producto de nuestras propias acciones, al realizar algo que sabemos que es incorrecto pero que igual lo hacemos. El rey David, atravesó por estos momentos hace ya mucho tiempo, y en Salmos 51: 1-2 quedó plasmada su oración: "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado" . Asimismo, reconoce que sus acciones han sido en contra del Altísimo cuando expresa: "Contra tí, contra tí solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos..." Salmos 51: 4 . Y pide al Eterno en su angustia: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí ...