Sangre
Durante estos días, en la mayor parte del mundo, aquellos que creemos en Nuestro Señor Jesucristo, conmemoramos su sacrificio por amor a cada uno de nosotros.
Recuerdo entonces el versículo escrito en Isaías 53:5 "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados" y aún después de tantos años, me cuesta muchísimo comprender la magnitud de su amor, dar su vida por cada uno de nosotros, únicamente por amor.
Y es que mi mente finita, trata de comprender cómo es que aquello tan divino, decidió humanizarse, enseñarnos y finalmente, dar su vida por rescate de todos nosotros. No importa cuantos años hayan pasado desde ese momento, su amor y misericordia siguen vigentes hasta hoy.
Hace ya algunos años, llegó a mis manos un pequeño libro con varias oraciones, dentro de ellas, encontré un bellísimo párrafo que me impactó por la veracidad que contenían sus palabras "Oh Jesús, cuando considero el alto precio de tu sangre, me regocijo en su inmensidad porque una sola gota habría bastado para salvar a todos los pecadores".
El valor de la sangre del Señor Jesucristo es inmensa y Él decidió darla por amor, te amó tanto y de tal manera que aunque tú no logres amarte, Él te ama, que aunque tú creas que nadie te ama, Él te muestra que te ha amado y te sigue amando incansablemente.
Su amor y misericordia siempre están disponibles para tí, no importa cuál es tu condición actual, ni si te sientes digno o no; Él te ama y si tu abres tu corazón su amor y misericordia llenarán tu alma.
Acércate a Él, Él espera por ti.
Su amor espera por tí.
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