Pacto
Al leer la biblia, nos damos cuenta, que en muy variadas y diversas ocasiones el Eterno ha realizado innumerables pactos con personas o con pueblos enteros; siendo más común en el antiguo testamento que en nuevo testamento.
Por ejemplo: Cuando hizo pacto con Noé (Génesis 9:9), con Abraham (Génesis 15: 18), con Finees (Números 25:11-13) y con el pueblo de Israel (Éxodo 34: 1-10); y es en el nuevo testamento donde se narra como nuestro señor Jesucristo hizo un pacto con la humanidad, con su sangre y su cuerpo como señal (Mateo 26:26-28; Marcos 14: 22-24; Lucas 22: 19-20).
Pero, ¿qué es un pacto?
Un pacto es un acuerdo entre dos o más personas que obliga a ambas a cumplir una serie de condiciones; en este caso, entre nosotros como seres humanos y Dios.
Eso, me hace preguntarme, ¿Podemos hacer pactos con el Altísimo?
La respuesta es sí, podemos hacerlo.
Únicamente que hay que tener bien presente que los pactos que hacemos con el Todopoderoso deben de cumplirse al pie de la letra, y nosotros debemos ser totalmente sinceros en cuanto a nuestra capacidad de cumplir con nuestra parte.
¿Porqué debemos tener esta consciencia y no dejarnos llevar por emociones al momento de hacer nuestro pacto y prometer al Eterno? Porque el Santísimo en su divinidad no permitirá que su nombre sea tomado a la ligera, y te guste o no pedirá de tí justamente lo que tú voluntariamente ofrecistes.
Incluso, encontramos en Eclesiastés 5: 4-6 una seria advertencia sobre expresar nuestros votos, pactos o compromisos con Dios, al dejarnos llevar por emociones pasajeras como la felicidad o (más comúnmente) la angustia: "Cuando a Dios haces promesas no tardes en cumplirla; porque Él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?
Nuestro Dios, es un Dios de pactos, y por lo tanto, tu puedes hacer un pacto con Él, pero estando muy consciente de tu propia humanidad y de la divinidad del Eterno.
Es más, en Números 23: 19, encontramos una afirmación realizada por Balaam sobre la fidelidad del Altísimo "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no lo hará?, Habló, ¿y no lo ejecutará?"
Él entiende perfectamente bien nuestras propias debilidades y flaquezas que como seres humanos tenemos; y a pesar de todo ello, Él nos ama tan intensamente que hizo un pacto con todos nosotros por medio de nuestro señor Jesucristo para perdón de pecados y vida eterna.
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