Navidad
En Isaías 9:6 encontramos una profecía que se cumplió mucho tiempo después con el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, la cual expresaba: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".
Hace ya más de 2000 años que esta profecía fue cumplida, y el nacimiento de ese niño profetizado cambió totalmente el mundo; ahora, incluso pasando tantísimo tiempo, la humanidad conmemora su nacimiento, el cual marca el inicio de nuestra redención.
Ese niño, que nos fue dado, fue el regalo de amor inmenso que nos entregó el Eterno, Él representaba nuestra esencia divina y también nuestra redención; en Él se juntaban nuestras esperanzas y fé.
Si bien es cierto, nació en un lugar humilde, un pesebre, fue inmediatamente reconocido como un Rey, un enviado del cielo, un salvador, el hijo de Dios.
Este reconocimiento no sólo fue dado por los pastores de ovejas que fueron testigos de ese nacimiento, sino también por los magos que fueron a visitarle y le entregaron presentes significativos como oro, mirra e incienso; incluso el rey Herodes le reconoció, pues el terror de perder su reino se apoderó de él, llegando incluso a cometer el acto terrible de infanticidio, al ordenar matar a todos los niños menores de dos años, con tal de evitar que ese pequeño bebé cuya estrella había señalado su milagroso nacimiento fuese rey.
Y es que en el nacimiento de nuestro señor Jesucristo se vislumbró nuestra esperanza y se reflejó el amor de Dios hacia la humanidad.
No importa como tú conmemores el nacimiento de nuestro señor Jesucristo; lo que es realmente relevante es que nazca en tu corazón; para ello, debes permitir que entre a tu vida y le hagas parte de ella, puedes hacerlo con esta sencilla oración:
"Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único Salvador Personal; creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día; me arrepiento, soy pecador, perdóname, Señor.Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador. Amén."
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