Bondad
La bondad se caracteriza por la compasión que una persona puede tener en un momento dado por otras, lo que le conlleva a actuar en beneficio de ellas sin ningún tipo de interés personal, sino por el simple hecho de hacer sentir a su prójimo seguro, feliz y querido.
¿Eres tú una persona bondadosa?
En Miqueas 6:8 encontramos lo que pide el Eterno al respecto: "Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: Solamente hacer justicia y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios".
Como podemos observar, dentro de las cosas que pide el Altísimo de nosotros es amar, justicia y misericordia, pero, ¿para quienes?, lógicamente para con nuestros prójimos, aquellos que están a nuestro alrededor, a quienes podemos extender una mano y ayudarles, permitiéndonos ser instrumentos del Todopoderoso para transmitir su amor.
En el libro de Hechos 20:35 encontramos dentro del discurso de Pablo en su despedida en Mileto la expresión: "En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir".
Esto significa, que es parte de nuestro deber ayudar dentro de nuestras posibilidades a aquellos que lo necesitan, y expresa que la persona que ayuda a otros es afortunada y feliz, en comparación con aquellos que no se da la oportunidad de bendecir y ayudar a su prójimo.
Cuando somos niños pequeños, nuestros actos son inocentes y puros; una muestra de ello lo podemos ver en la gran cantidad de experimentos sociales, que muestran lo que un niño o niña pequeña hace cuando se encuentra en una situación en la que puede ver a otro necesitando ayuda; y en todos ellos, el final es el mismo: ayuda y da sin pensar; pudiendo esto indicar que la bondad es parte de nuestra naturaleza real.
Asimismo, en Proverbios 19:17 encontramos que "A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar".
Todo lo bueno que hacemos por otra persona vuelve a nosotros en diversas y variadas formas cuando más lo necesitamos; pero la mayor satisfacción que se puede obtener de ser bondadoso con otros, es la grata sorpresa y alegría que se dibuja en los rostros de las personas que ayudamos; dado que en el mundo actual donde reina el individualismo y egoísmo, encontrar personas con esa característica ha pasado a ser muy raro.
Como creyentes en el Todopoderoso, es parte de nuestra responsabilidad empezar a tomar conciencia de las necesidades de los otros y de las formas en las que podamos apoyarles, y no necesariamente deba ser con algo material, sino que, puede ser con un poco de nuestro tiempo para escuchar, una palabra amable e incluso con ayudar a abrir una puerta cuando el otro no pueda.
La bondad es parte del amor.
¿Te animas a fomentar tu bondad hacia otros como una forma de agradar a tu Dios?
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