¿Porqué a mí?
Hace unos días leí una porción de la biblia que me llamó muchísimo la atención por la verdad reflejada en ella, principalmente, porque versaba sobre nuestras reacciones cuando nos suceden cosas que consideramos que no debiesen habernos sucedido y nos sentimos perjudicados o dañados.
Proverbios 19: 3 dice: "La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón". Cuántas veces no hemos dicho frases como: "¿porqué me pasan estas cosas?" "¿porqué a mí?" "¿porqué tenía que pasarme esto?" " ¡Dios ¿porqué permitiste esto?! etc, etc. y no hemos tenido siquiera la decencia de ver qué acciones nuestras aportaron para que los resultados fuesen lo que estamos viviendo.
No estoy refiriéndome a aquellas situaciones de la vida en las que nosotros como simples seres humanos no tenemos control; sino, a aquellas en las cuales actuamos de forma precipitada y poco racional, cediendo a nuestros deseos momentáneos y después nos quejamos de los resultados.
Años atrás, cuando aún era muy joven y estaba estudiando en la universidad, me involucré en diversas actividades de política estudiantil y poco a poco, empecé a dejar de lado el motivo por el cual estaba en ése lugar. Honestamente todo ello era para mí simplemente emocionante, más aún si ganabas y lograba hacer cosas a favor de otros estudiantes que nadie más había hecho.
Aveces, no asistía a clases y llegué al punto de no saber qué día tenía examen, aunado a ello el resultado común de involucrarse en ese tipo de actividades: rivales políticos a nivel docente. Aunque si bien es cierto que a pesar de no asistir a clases y someterme a exámenes sin saber de qué trataba obtenía notas aceptables, al final el resultado fue inevitable: Reprobé 1 materia.
Mi primera reacción fue de ira, empecé a buscar culpables, luego di paso a autocompadecerme -lágrimas de frustración incluidas- viendo lo injusto que había sido todo y finalmente a preguntarle al Altísimo con mucho enojo porqué me había pasado eso... a mí!! yo que rebosaba tanta bondad!! a mi!! yo que era tan....
Esas palabras justamente salían de mi boca cuando obtuve la respuesta del Eterno en forma de pregunta ¿Estudiaste durante el ciclo? ¿Pusiste empeño en la materia?; fue un golpe directo. La respuesta a ambas preguntas era no, incluso debo aceptar había menospreciado esa materia en mi corazón, pues creía que era muy fácil de aprobar.
De más está decir que inmediatamente me callé; hice memoria de mis actos y de las decisiones que tomé, comprendí que todo ello me llevó a ese punto. Reprobar.
De la misma manera, aveces cuando estamos viviendo las consecuencias de nuestras propias decisiones y actuaciones, hacemos el papel de víctimas, diciendo que todo el mundo nos odia y preguntándole a Dios porqué nos pasan esas cosas., porqué Él "permite" eso.
Debemos entender que todo lo que hacemos, toda decisión que tomamos tendrá su respectiva consecuencia, positiva o negativa; y si bien es cierto el Altísimo siempre está con nosotros amándonos incondicionalmente, no significa que nuestros actos y decisiones no darán sus frutos.
¿Cuántas veces nos hemos enojado con Dios porque nos pasan cosas que son resultado directo de nuestra poca sensatez?
Así que cada vez que te suceda algo que consideres que es injusto, que no debió pasarte y te encuentres sintiendo lástima de ti mismo/a, recuerda qué hiciste y qué decidiste antes de enojarte inútilmente con el Altísimo por los resultados de tus propios actos o decisiones.
Comentarios
Publicar un comentario